viernes, 30 de marzo de 2012

Capítulo 2.


Al día siguiente decidí contarles lo sucedido a mis mejores amigos, son dos Lía y Uriel.
Lía es una chica rubia de ojos verdes, alta, delgada y a mi parecer bastante guapa, de pequeña era la más guapa de toda la clase siempre tenía a todos los niños enamorados de ella, incluso yo alguna vez le tenía envidia pero lo que más marca a esta chica es su manera de ser es la mejor persona que te puedas encontrar, simpática, amable, bondadosa… Y no penséis que lo digo porque es mi amiga, lo digo porque toda la gente que la conoce lo piensa.

También eh de decir que Uriel es un chico muy simpático aunque desde pequeño se le ha dado bien ser un poco pesado pero por lo demás es un buen chico, también eh de mencionar que no es demasiado agraciado ya que es pelirrojo y tiene la cara llena de pecas y es algo que no le ha cambiado desde la infancia yo siempre lo recuerdo con esas pequitas tan graciosas alrededor de toda la cara pero es mi mejor amigo y lo quiero mucho.

La reacción de ellos cuándo les conté lo que había hecho la tarde anterior fue decirme que porque no mirábamos entre los tres el resto de la habitación ya que quizás igual que encontré una botella bajo aquella tabla medio suelta podríamos encontrar más cosas escondidas, y bueno decidimos quedar esa tarde en mi casa para seguir buscando.
Llegaron las 5 de la tarde y como siempre muy puntuales Lía y Uriel estaban tocando al timbre, yo que estaba en el salón jugando con las muñecas corrí hacia la puerta para ser yo la que la abriera,  entraron a casa y decidimos ponernos a buscar por mi habitación inmediatamente, pero tras más de una hora buscando por la habitación no encontramos ninguna tabla más que estuviera medio suelta, nos llevamos una decepción muy grande que hasta nos quito las ganas de merendar.
Desde ese momento  no volvimos a pensar en el tema, nada mas continuamos con nuestras vidas como habíamos hecho hasta el momento.
Pero el tiempo paso y esa querida botella de vino que yo saque de debajo del suelo de mi habitación quedo ahí guardada en el recuerdo sin que le diese la mayor importancia, pero cierto día cuando yo ya era algo mayor tendría unos 10 años, ya controlaba bien y sabia un poco como eran las cosas, decidí sacar aquella vieja botella, abrí el tapón y le di la vuelta, cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que había un pequeño papel dentro de la botella, lo cogí dispuesta a leerlo pero estaba en blanco.

2 comentarios: